Hiperhidrosis
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Hiperhidrosis

La hiperhidrosis o exceso de sudor impredecible e incontrolable puede influir en las relaciones sociales y laborales del paciente. Que pudiera dificultar situaciones cotidianas como la escritura cuando se trata de una hiperhidrosis palmar

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Hiperhidrosis: tipos, causas y tratamiento

La transpiración o sudoración es una función de la piel para mantener constante nuestra temperatura corporal. Sin embargo, la hiperhidrosis o exceso de sudor impredecible e incontrolable puede dificultar las relaciones sociales y laborales del paciente.

1. Qué es la hiperhidrosis

La hiperhidrosis es el exceso de sudor o transpiración excesiva que se produce de forma espontánea, sin ser causada por temperaturas altas o por situaciones de tensión física o emocional.

¿Por qué sudamos?

La transpiración es una función de la piel que supone la liberación de líquidos ricos en sales, por parte de las glándulas sudoríparas. Esta función sirve, fundamentalmente, para favorecer la termorregulación, es decir, para mantener constante la temperatura corporal a 37 º C.

Cuando el cuerpo necesita liberar calor se produce la transpiración y el refrescamiento de la piel por evaporación. Por este motivo sudamos cuando tenemos calor, durante el ejercicio físico o en situaciones de tensión, en la que la descarga nerviosa aumenta nuestra temperatura corporal.

El cuerpo humano cuenta con un total de entre 2 y 4 millones de glándulas sudoríparas, que se activan en la pubertad. Las glándulas sudoríparas localizadas en las palmas de las manos, plantas de los pies, cráneo, rostro y axilas son especialmente sensibles a los estímulos psicológicos.

Las glándulas sudoríparas de manos, pies y axilas son más sensibles a los estímulos psicológicos

Las glándulas sudoríparas de manos, pies y axilas son más sensibles a los estímulos psicológicos

La hiperhidrosis puede afectar al 2% de la población de raza blanca. Este porcentaje es superior en pacientes de origen asiático, sobre todo en japoneses. Se presenta con más frecuencia entre los 25 y los 64 años y, en un 40% de los casos, suele haber algún familiar más que lo padece, lo que demuestra su tendencia hereditaria.

Se observa, sobre todo, en manos, axilas, pies y región púbica, debido a la alta concentración de glándulas sudoríparas en estas zonas.

La hiperhidrosis puede presentar distintos grados de afectación para el paciente:

Grado I: La sudoración no se nota nunca ni impide la actividad normal del paciente.
Grado II: La sudoración es tolerable, pero a veces impide la actividad normal del paciente.
Grado III: La sudoración es raramente tolerable y frecuentemente impide la actividad normal del paciente.
Grado IV: La sudoración no es tolerable e interfiere continuamente en la actividad normal del paciente.
Aunque se trata de un problema relativamente frecuente que puede generar estrés y ansiedad y a pesar de las limitaciones dentro del campo laboral, académico y social que puede causar la hiperhidrosis, los pacientes lo sufren calladamente y no suelen acudir al dermatólogo cuando se manifiestan los síntomas por primera vez.

El impacto psicológico de la hiperhidrosis puede acomplejar o interferir en la vida diaria de quien lo padece. Los pacientes afectos tratan de acomodarse al problema y suelen adoptar pautas especiales de comportamiento:

Evitar situaciones que conduzcan al contacto físico, como saludar con un apretón de manos
Limitar los movimientos de los brazos y adoptar posturas rígidas para ocultar la sudoración excesiva de las axilas
Cambiarse varias veces de ropa a lo largo del día
Evitar actividades que supongan sujetar objetos con seguridad

2. Tipos de hiperhidrosis

Según la causa:

Primaria: suele ser más localizada (focal) y de causa desconocida.
Secundaria: obedece a situaciones clínicas subyacentes y suele tener un patrón corporal más generalizado. Puede aparecer en distintos momentos de la vida del paciente en relación a la menopausia, ciertas drogas, problemas de tiroides, tumores o intoxicaciones leves de mercurio.

Según la localización:

Axilar.
Palmoplantar.
Gustativa.
Generalizada.

Según la extensión:

Hiperhidrosis localizada:

cuando la hipersudoración abarca una superficie igual o menor a 100 cm2.

Hiperhidrosis generalizada:

cuando el exceso de sudoración abarca una superficie mayor a 100 cm2 en la piel del paciente.
Según la localización, la hiperhidrosis puede ser axilar, palmoplantar, gustativa o generalizada

Según su localización, la hiperhidrosis puede ser axilar, palmoplantar, gustativa o generalizada

3. Causas de la hiperhidrosis

Hiperhidrosis primaria

En la hiperhidrosis primaria, la causa no es del todo conocida.

Se relaciona claramente con una hiperactividad simpática y un exceso de respuesta sudomotora.

Como muy bien saben los pacientes que la sufren, las situaciones de tensión, como la excitación o el estado de nervios, suele exacerbar el cuadro. Una queja muy común entre los pacientes con hiperhidrosis es que se ponen nerviosos cuando detectan que han roto a sudar, entonces el cuadro se dispara y sudan mucho más profusamente.

Ciertos hábitos, tales como el consumo de bebidas, nicotina, cafeína y ciertas comidas u olores también pueden disparar el grado de sudoración de estos pacientes.

Hiperhidrosis secundaria

La hiperhidrosis secundaria suele ser generalizada y presentarse inmersa en otros cuadros clínicos, con otros síntomas:

Alteraciones del funcionamiento de la médula espinal.
Neuropatías periféricas.
Lesiones cerebrales.
Lesiones tumorales intratorácicas.
Problemas sistémicos (feocromocitoma, parkinson, tirotoxicosis, entre otros).
Intoxicaciones de mercurio.
Hiperhidrosis localizada

Las hipersudoraciones de hasta 100 cm2 pueden estar relacionadas con la presencia de (entre otros):

Tumor glómico.
Nevus azul.
Paquidermoperiostosis.
Neuropatía diabética.
Parotiditis.
Abscesos de parótida.

4. Tratamiento de la hiperhidrosis 

Se realizara una historia clínica para diagnosticar el grado de hiperhidrosis y así poder elegir, junto con el paciente, el tratamiento más adecuado, en función de sus características personales y de la gravedad de los síntomas.

Los tratamientos de la hiperhidrosis tendrá como objetivo inhibir la secreción de las glándulas sudoríparas.

Toxina Botulínica para hiperhidrosis axilar y palmo-plantar

El tratamiento de la hiperhidrosis con la Toxina Botulínica es una solución cómoda y eficaz que puede aplicarse tanto en axilas como en las palmas de las manos y las plantas de los pies.

La infiltración de Toxina Botulínica se realiza a través de agujas muy finas. La toxina botulínica genera un bloqueo de la función de las glándulas sudoríparas, por lo que reduce la producción de sudor en las áreas donde se administra esta sustancia.

El tratamiento tiene una duración de entre 40 y 60 minutos.

Los resultados tienen una duración de unos 6 meses.

El paciente puede reanudar su actividad normal inmediatamente después del tratamiento.

5. Otros tratamientos de la hiperhidrosis

Tratamientos médico-dermatológicos:

Clorato de aluminio: empleado como antiperspirante, suele requerir altas concentraciones en los productos, por lo que puede causar irritaciones en la piel. Su eficacia tarda unos 5 días en manifestarse.
Sustancias anticolinérgicas: Oxibutina, Glicopirrolato y otras, que no están exentos de efectos secundarios.

Tratamientos quirúrgicos:

Eliminación de las glándulas sudoríparas mediante diferentes procedimientos quirúrgicos de distinto grado de invasividad: succión, curettage subdérmico, liposucción o curettage directo, éste último mediante la disección y despegamiento de un colgajo cutáneo que permita evertir la piel y extirpar la mayor parte de las glándulas.
Simpatectomía Endoscópica Torácica: inutiliza los ganglios torácicos principales de la cadena paravertebral, responsables de la inervación de la región a tratar. El éxito de esta cirugía es mayor en niños y presenta una eficacia del 80%. Están descritos altos ratios de hipersudoraciones de compensación, que aparecen en zonas que no sudaban antes de la cirugía. Una variante de esta técnica es la simpatectomía lumbar para la hiperhidrosis plantar, que se acompaña de efectos secundarios que la hacen poco viable.
Otras técnicas son la Simpatectomía Subcutánea Temporal con fenol y la iontoforesis.

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